El día que le aceptamos como nuestro paladín, el héroe que debía cuidar de nosotros, se lo tomó muy en serio: se apuntó a un gimnasio para alcanzar la superfuerza; se compró unas gafas de visión nocturna para suplir los rayos láser; y siempre andaba a la caza de arañas por el jardín, tratando de que le picasen para poder trepar por las paredes. Cuando le dijimos que el enemigo era el cáncer, colgó las mallas y la capa en el perchero y corrió a inscribirse en la facultad de medicina.
Publicado en la web de Adella Brac (Reto 5 líneas, julio 2025)
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