La escalera
terminaba abruptamente frente a una puerta de color rosa. El hombre
del traje gris, en precario equilibrio sobre los dos últimos
peldaños, pegó a ella la oreja y contuvo el aliento. Del otro lado
no llegaba ningún sonido, ningún movimiento.
Empuñó el
picaporte y lo hizo girar despacio, estremeciéndose con el chirrido
que arañaba el pesado silencio. Cuando la rendija fue lo bastante
grande, introdujo por ella la cabeza para echar un vistazo. El acre
olor le asaltó antes de que sus ojos se posaran sobre el montón de
cadáveres que abarrotaban la alfombra, una alfombra del mismo tono
rosado que la puerta, las cortinas, la colcha de la cama, la pintura
de las paredes.
Soltó el
picaporte, pero la puerta osciló con fuerza hacia él, haciéndole
trastabillar y rodar escaleras abajo. Cuando al fin se detuvo, vio
horrorizado que estaba tendido en lo alto de la pila de cuerpos, con
los miembros paralizados y la garganta obstruida. Así pues, no pudo
avisar al hombre del traje gris que, en ese mismo instante, asomaba
la cabeza por la puerta rosa.
Publicado en la web "EstaNocheTeCuento.com" (Tema: "Escaleras") febrero 2025