El Museo del Louvre está muy concurrido. Fernando y Carolina llevan un buen rato tratando de abrirse paso entre la abigarrada multitud que aguarda turno con impaciencia para ver La Gioconda.
- Por aquí hay un hueco -dice ella de repente, soltando la mano de su novio para escabullirse por un angosto resquicio entre el gentío.
- ¡Espera, Carolina!
Fernando estira el cuello, intentando seguir la pista de la rubia cabellera por encima del mar de cabezas. Momentos después, la joven llama su atención desde uno de los laterales, indicándole por señas que ella ya ha visto el cuadro y que le espera fuera de la sala. Fernando sigue avanzando penosamente hasta quedar frente a la sobria sonrisa de la famosa dama, saca la obligada fotografía y sale aliviado a la galería principal, donde espera reencontrarse con su novia.
Sin embargo, aunque la densidad humana es considerablemente menor en el amplio corredor que en la salita, no consigue localizar el llamativo vestido azulón de Carolina. Echa mano del móvil, marca el número de la joven y, para no variar, salta el buzón de voz. Al guardarlo de nuevo en el bolsillo del pantalón, refunfuñando, una mancha de un vivo azul en la inmaculada tarima de madera clara llama su atención: se agacha a recoger del suelo, junto a la pared, el vestido que llevaba puesto la muchacha y lo examina, incrédulo. ¿Qué demonios...?
Perplejo, alza la vista hacia el cuadro que cuelga ante él. Lo conoce: la hermosa Dánae yace desnuda, reclinada sobre el lecho junto a un amorcillo alado, viendo caer sobre ella la lluvia de oro de Zeus. Un escalofrío se enrosca en su espina dorsal y el aliento se le atora en la garganta. Y no porque el divino aguacero esté dejando su camisa toda salpicada de gotitas doradas, ni siquiera porque el querubín le esté saludando con la mano mientras le guiña un ojo. No. Es la propia Dánae la que le tiene pasmado, ese rostro que le mira directamente a los ojos, con una pícara sonrisa y los rasgos de Carolina estampados en el lienzo.
Publicado en la Revista Digital "Pansélinos" nº 34 (noviembre 2024)