Tras mucho insistir, he conseguido que mi novia se mude a mi apartamento. Además de pijama y cepillo de dientes, se ha traído a su gato. El maldito bicho ha convertido mi sillón favorito en su cama y, como yo nunca miro dónde me siento, la mañana de Navidad lo he convertido en alfombra peluda. Le he dicho a Papá Noel por wasap que traiga un sustituto cuando pase de vuelta hacia el Polo Norte. Ya sé que era difícil, pero temo que el mapache que ha dejado no esté a la altura.
Publicado en la web de Adella Brac (Reto 5 líneas, diciembre 2024)
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