Mi marido siempre me reprocha que no tengo talento para la cocina, sin tener en cuenta mi indiscutible liderazgo en las juntas de vecinos. También dice que gasto toda mi energía escribiendo en el ordenador y no me queda ni una pizca de pasión para el dormitorio. Durante nuestra última discusión, me acusó de falta de humanidad. Yo sonrío para mis adentros y no puedo más que darle la razón: a pesar de todo mi empeño, todavía no me he adaptado por completo a la vida en este peculiar planeta.
Publicado en la web de la ONG Cinco Palabras (mayo 2025) y emitido en audio en Welcome DTV
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