Desde que aquella idea germinó en su cerebro, sus dedos parecían haberse adherido al ordenador, tecleando febrilmente día y noche, hilando la trama de una historia de intriga, amor y muerte a través de los siglos. Estaba convencido de que aquella novela iba a ser su consagración como escritor de éxito, y apenas podía esperar para verla terminada.
Por el camino, durante aquellos tres años de su vida en que apenas se había despegado de la silla, había perdido algunas cosas, unas más valiosas que otras: su mujer, sus amigos, algunos kilos, las ganas de fumar. También había ganado: unas cuantas dioptrías y un gato callejero que se había colado un buen día por el entreabierto balcón y se había apropiado del abandonado sillón de orejas.
Y ahora, tras un desenlace totalmente inesperado y espectacular, había puesto el punto final a la brillante frase que cerraba el argumento de manera perfecta. Ya podía descansar.
Apoyó la cabeza sobre los brazos y cerró los ojos. No oyó el eco del último latido en su pecho, ni el maullido lastimero del gato, ni el pitido del ordenador al borrar todo el disco duro ante la amenaza de un virus.
Publicado en la web "EstaNocheTeCuento.com" (Tema: "Se acabó la función"), diciembre 2023
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