jueves, 16 de mayo de 2024

ESTE ES EL CAMINO

Este árbol siempre ha sido especial para mí.

A la sombra de sus frondosas hojas di mis primeros pasos. Sus firmes ramas fueron testigos, mudos aunque benevolentes, de mis torpes intentos iniciales de escalada, que fueron mejorando día a día hasta alcanzar la pericia que hoy poseo. Cuando necesité evadirme de las presiones familiares, su tronco rugoso me ofreció siempre cobijo en ese enorme agujero que le dejó como recuerdo una bomba de la guerra civil, ahora cubierto por la hiedra sanadora que le resta gravedad y le suma encanto.

No es de extrañar, pues, que el pie de este árbol fuese el lugar elegido para reunirme con mi amado cuando sentí su irresistible llamada. Jugamos a perseguirnos entre risas en torno a su tronco; trepamos a sus ramas, evocando nuestra infancia; yacimos enredados bajo sus verdes hojas, acunados por el susurro de la brisa que gusta de danzar entre ellas al ritmo de la primavera. Y, ya con el germen de una nueva generación a buen recaudo en mis entrañas, voy a enterrarme entre sus raíces más profundas, que velarán mi sueño hasta que llegue mi momento, el momento de construir un nuevo hormiguero.

Ganador del I Concurso de Microrrelatos organizado por la Fundación Carreras (Zaragoza), mayo 2024

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