jueves, 2 de mayo de 2024

MÁS QUE UN AMIGO

Desde que Vicente se fue, a Margarita le tocan todas las faenas, no sólo las de la casa sino ahora, también, las del campo. Los hijos ya son mayores: estudian en la capital y no pisan demasiado por aquí, así que la pobre Margarita no tiene ayuda ninguna. Sin embargo, nunca se queja y aborda las tareas una tras otra sin que jamás se le caiga la sonrisa de la cara, esa ligerísima sonrisa apenas esbozada pero que otorga a su rostro una cualidad casi beatífica.

Y es que ya no tiene que disimular los morados ocasionales -cada vez más morados y menos ocasionales-, ni andar escondiendo las escasas monedas para que no vayan a perderse en la taberna. La marcha de Vicente ha supuesto, en cierta medida, un alivio. También para mí: Margarita me trata con cariño y no a patadas como él. Por eso, procuro portarme bien y desde aquella noche sin luna no he vuelto a escarbar en la tierra removida del huerto trasero.

Finalista del IV Concurso de Microrrelatos "De la imagen al texto" del I.E.S. López Arenas (Marchena, Sevilla), abril 2024

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