miércoles, 19 de junio de 2024

CAMBIO DE AIRES

Cuando se marcharon los parientes del velatorio salió a darse un garbeo, harto de estar tantas horas tendido inmóvil junto al cuerpo helado de la siesa de su mujer. Echó un vistazo a la sala contigua pero el finado era un abuelo de luenga barba y malas pulgas; la del otro lado estaba vacía y en la siguiente había un jovenzuelo que le guiñó un ojo, el muy descarado. Finalmente, en la última sala del tanatorio encontró a una muchacha preciosa que le sonrió dulcemente. 

Entablando animada conversación, descubrieron todas las cosas que tenían en común. Así, cuando llegó la hora de volver a meterse en el ataúd doble con su parienta, se dio cuenta de que se le hacía muy cuestarriba, y decidió que mejor se buscaba otro nido, que a ella ya la tenía muy vista. Muy contento, se acomodó en el hueco que le cedió gustosamente la chica, con el firme propósito de pedir el divorcio en cuanto llegasen al Más Allá.

Tercer Premio en el II Concurso de Microrrelatos "Amor con Humor" de la Biblioteca de Aledo (Murcia), junio 2024

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