Ahora que ya no estás, busco a diario todo tipo de pequeñas tareas que me mantengan ocupada, desde limpiar el polvo al interior de los libros hasta pegar una y otra vez esa patita de tu caballo de cristal favorito que se empeña en seguir desprendiéndose del pobre animal, cabizbajo y opaco desde que faltas. Todo para no tener que sentarme en mi sillón y enfrentarme al tuyo, que languidece deshabitado entre las sombras del atardecer.
Ahora que ya no estás, envuelvo mi cuerpo desamparado en una manta de recuerdos. Nuestros paseos por el parque cogidos de la mano, compartiendo paraguas, cuando me robabas un beso con la excusa de enjugar de mi rostro las gotas de lluvia. Nuestras noches de lectura junto al fuego mientras el gato, tras el ventanal, jugaba al escondite con la luna. Nuestros momentos tiernos, los apasionados, los cómplices. Las palabras y los silencios, las sonrisas, los roces, las miradas.
Siempre supe que no era perfecta, aunque tú lo refutases entre risas, pero ahora que ya no estás me siento, además, incompleta. Nunca pensé que el amor eterno pudiera pesar como una losa en tu ausencia.
Publicado en la web "EstaNocheTeCuento.com" (Tema: "nada es eterno, nada está completo, nada dura para siempre") junio 2024
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