miércoles, 2 de octubre de 2024

LA BUENA VECINDAD

Leo se pasó toda la noche aullando. Clara, la vecina de arriba, al fin pudo estrenar aquellos tapones de cera para los oídos que le regalaron en el avión cuando fue de viaje de novios a Mauricio. Isabel, la vecina de abajo, apiló todas las almohadas que encontró en la casa y metió la cabeza debajo para amortiguar lo más posible el lastimero sonido. Pablo, el vecino de al lado, estuvo tentado en varias ocasiones de llamar a la policía para protestar contra el dueño del perro, alegando que debía de estar muy senil para dejar que el animal se pasara la noche aullando de esa manera. A nadie se le ocurrió pensar que Leo, única compañía de Don Marcial, estuviese entonando un canto fúnebre por su amo.

Finalista de agosto en el XI Certamen de Microrrelatos Javier Tomeo. Publicado en la revista "Compromiso y Cultura" nº 118 (Asociación Literaria y Artística Poiesis), octubre 2024

No hay comentarios:

Publicar un comentario