jueves, 17 de octubre de 2024

SIN REMEDIO

Aún conservaba cierta esperanza de avivar nuestra pasión con el vestido rojo, muy ceñido, muy corto y muy escotado, que acababa de comprarme. La cara de alegría de Ernesto al entrar en el salón y verme reclinada en el sofá con él puesto no tuvo precio. Tampoco lo tuvo mi cara de estupefacción al verle salir corriendo a coger la cámara de fotos para disparar como un loco desde todos los ángulos habidos y por haber, antes de encerrarse en el cuarto de revelado. Puse los ojos en blanco y le di quince minutos para hacer la maleta.

Publicado en la web de la Fundación Cinco Palabras (octubre 2024)

No hay comentarios:

Publicar un comentario