Mientras conduzco de camino a casa, voy escuchando por la radio un programa sobre inclusión y diversidad de género. De vez en cuando, echo un rápido vistazo por el retrovisor hacia mis dos retoños, que juegan en el asiento trasero, dichosamente ajenos a etiquetas y convenciones a las que somos tan aficionados los adultos. Un niño y una niña a los que yo procuro educar sin diferencia alguna entre ellos, cosiendo en su espalda, con cariño y paciencia infinitas, las alas que les permitan volar alto, muy alto, tan alto como para alcanzar la felicidad.
Publicado en la web de la Fundación Cinco Palabras (noviembre 2024)
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