martes, 13 de junio de 2023

LAS CUATRO ESTACIONES SIN VIVALDI

Blanco botón, tú que acabas de brotar, minúsculo y tierno, en la punta de una rama aún seca. Blanco botón, desperézate, crece, ábrete al mundo.

Es primavera: vístete de verde claro, vístete de verde oscuro. Déjate mecer por los vientos de marzo, déjate empapar por las lluvias de abril. No envidies los colores de mayo, pintados en las flores a tus pies. Tan solo respira y palpita, sáciate con la savia nueva que te inunda impetuosa.

Cuando lleguen los fuegos del verano, busca el cobijo de las hojas más grandes para no languidecer. Sestea bajo el sol, susurra bajo la luna. Disfruta de la lenta caricia de las gotas de rocío resbalando por tu cuerpo flexible, brillantes caleidoscopios en el rosado amanecer.

Vístete de amarillo, de ocre, de castaño rojizo. Vístete de marrón otoñal. Suelta amarras, planea suavemente hasta el suelo, como esa pluma que perdió un gorrión. Disfruta del viaje. Piérdete en el pardo tapiz que alfombra las aceras, las calzadas, los jardines. Huye del barrendero aplicado y del niño curioso; esquiva botas de agua, tacones de aguja, suelas de tafilete. Deslízate bajo un arbusto y contempla cómo transcurre el mundo al otro lado.

Con los gélidos vientos de enero, revolotea de acá para allá, enrédate en las piernas de los transeúntes, juega al pilla-pilla con los perros. Y, con la escarcha de la madrugada, vístete de blanco como cuando eras un blanco botón, antes de desperezarte, de crecer, de abrirte al mundo. Blanca hoja de invierno.

Publicado en el libro digital recopilatorio del I Certamen Literario "Gloria Fuertes y el Mundo de los Árboles" (Calameo), febrero 2022

 

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