sábado, 27 de mayo de 2023

INIMITABLE

Ayer cayó en mis manos el cuaderno de lengua de mi hija de siete años. En la última página estaban anotados sus deberes para el fin de semana: comentar el refrán “Ojos que no ven, corazón que no siente”.

Lo primero que a mí me vino a la cabeza fue: “si me como los dos últimos cuadros de una tableta de chocolate y hago desaparecer el envoltorio, nadie lo echará de menos”. En cambio, ella había escrito: “me parece injusto que los ciegos no puedan enamorarse. ¿Acaso, sólo porque no ven, un beso no puede estremecerles hasta que se les encojan los dedos de los pies dentro de los zapatos?”

No sé cuanto tiempo estuve de pie en la cocina mirando boquiabierta el cuaderno, pero debió ser bastante porque ella tuvo tiempo de volver de su clase de música. Muy seria, agitó un estuche alargado ante mis narices, y me espetó: “la melodía del universo no cabe en una flauta mamá, tienes que comprarme un instrumento más grande”.

Aún no he decidido si tengo una hija extraordinaria o si debo empezar a preocuparme. Lo que sí tengo claro es que no cabe imitación posible.

Mención de Honor en la I edición del Certamen "Un amor, cualquier amor" (Bibliotecas Municipales de Leganés), abril 2021

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