El caballero avanzaba en la noche oscura, muy oscura, por una senda del bosque oscuro, muy oscuro. Cantaba para no caer en las garras del miedo, un miedo oscuro, muy oscuro, tan oscuro que el caballero estaba harto de no ver nada en aquella noche tan oscura, y tenía ganas de dar media vuelta y dejar de cantar y de caminar por aquel bosque tan oscuro.
Pero su dama estaba en peligro: un dragón acechaba el castillo y amenazaba con devorar a todos sus habitantes. Pensó en su dama, asomada al balcón de la torre, y apretó el paso para matar cuanto antes al dragón, aquel dragón oscuro, muy oscuro, tan oscuro que el caballero no lo vio venir por aquel bosque tan oscuro, en aquella noche tan oscura, y antes de darse cuenta una llamarada de fuego oscuro lo redujo a cenizas. Unas cenizas oscuras. Muy oscuras.
Finalista en la II edición del concurso al peor microrrelato "La Pezuña de Plata" (Bibliotecas Municipales de Leganés), abril 2023
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