“Yo, que he vivido tantas vidas, que las he disfrutado todas con alegre abandono, no consigo lamentar que esta última termine tan rápida y abruptamente. La verdad es que los años ya me pesan y mi memoria suspira por esos amores que han pasado fugazmente por mi lado y que no he sido capaz de retener. No me echeis de menos, yo no os añoraré a vosotros más que a una noche sin estrellas”.
Y, tras firmar la misiva, el gato se dejó caer desde la azotea, poniendo buen cuidado de no aterrizar de pie.
Finalista mensual en el Concurso de Microrrelatos de RTV Lavapiés (julio 2023)
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