La Guerra Civil me sorprendió en el pueblo, como a tantos otros. Nunca llegué a enterarme de qué lado estábamos, porque yo no era más que un chaval y de politiqueos entendía poco. Lo que sí comprendía eran las dentelladas del hambre en mis tripas y la oscuridad del sótano en el que aguardábamos, temblando, a que arriba cesaran los disparos. Entrada la noche, oíamos a los soldados de ambos bandos, parapetados en cerros opuestos, bromear a voces, como si las tinieblas desdibujasen los uniformes y sólo quedasen los hombres. Hombres deseosos de enterrar el conflicto y volver a casa.
Segundo Premio en el XII Certamen de Microrrelatos "En torno a San Isidro" (Saldaña, Palencia), agosto 2023
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